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Muerto
El autor de este artículo, al parecer, se ha ido a una de sus citas al WC y suponemos que murió como el desdichado de aquí a la izquierda. Así que en su memoria, no seas cabrón, ponle más chorradas al artículo. |
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De la serie Literatura del mundo: | ||
Manuscrito hallado en una botella | ||
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Escritor | Edgar Allan Poe | |
Editorial | Los teletubbies.S.A | |
Género | Fantasía (producto de unos porrines) | |
Colección | este y otras pendejadas. | |
Año | 2070 d.C | |
País | Inglaterra. | |
Idioma original | Ingles. | |
Ediciones vendidas | varias. |
Este breve cuento escrito por Edgar Allan Poe el de los teletubbies, tiene su típico toque lúgubre y hostil con el que suele adornar la mayoría o todas sus historias. Antes de narrar la historia hace referencia a las críticas sobre sus escritos eso de que son medio emos y exagerados ya que se le suele señalar su excentricidad como defecto de su locura superstición arraigada.
Poe, inspirado por los efectos de las drogas los desafortunados eventos que vivió en su vida, desarrolla “Manuscrito hallado en una botella” como una historia que representa la frivolidad humana, y como poco a poco nos vamos olvidando de lo que se encuentra a nuestro alrededor gracias a que tenemos internet pero introduciendo una historia verídica, o eso dice el, de un suceso posiblemente de su antaño.
A menudo la falta de cerebro imaginación se me ha imputado como un crimen y en definitivas cuentas no creo que haya nadie menos propenso que yo a alejarse de los severos límites de la verdad dejándose llevar por los delirios del hachís la superstición.
Es muy conveniente para el lector escéptico todo lo expuesto anteriormente; para que la historia increíble que debo narrar no sea considerada el desvío de una imaginación desbocada.
Resulta ser que después de tantos años de viajar por el extranjero, me embarqué en el puerto de nosedondeputasestoy, en un crucero por el mar blanco rumbo a Nunca jamás. El objetivo de mi viaje era por cuestiones profesionales a causa de ciertas investigaciones del tipo psicológico-social que se estaban realizando alrededor del mundo por un grupo de científicos independientes que presentarían sus trabajos a un concurso clandestino sobre la Inhibición Cerebral; el tema de mi trabajo lo enfoqué hacia el comportamiento de los individuos bajo los efectos de ciertos alucinógenos y las repercusiones beneficiosas en la sociedad; por tal motivo un asentamiento yonki radicado en Islas Caimán colaboraría en mi investigación dándome testimonios sobre alucinaciones causadas por los efectos del cannabis y otras hierbas homeopáticas drogas.
No creí que fuera conveniente basar mi trabajo solo en testimonios ajenos, así que decidí para poder dar fe a lo que escucharía y más tarde publicaría, como buen científico me dediqué a comer, jalar, fumar, beber y así sumergirme en el mundo de las drogas. Mi consumo comenzaría durante el viaje y para ello una queridísima amiga fiel defensora del hachís en todas sus modalidades me preparó (según ella) un delicioso pastel de cannabis.
Ya al atardecer, después de consumido mi dulcecillo alucinógeno me encontraba apoyado sobre el pasamano de la borda y vislumbre hacia el noroeste una única nube de extraña forma y color la cual observé con atención hasta la puesta del sol; repentinamente se fue extendiendo hasta este y oeste; pronto atrajo mi atención la coloración de un tono rojo oscuro de la luna y la extraña apariencia del mar; el cual sufría una transformación desmesurada y el agua parecía más trasparente que de costumbre a pesar que el barco navegaba a 15 brazas de profundidad, entonces el aire se puso intolerablemente caluroso. A medida que fue cayendo la noche desapareció todo vestigio de brisa; en verdad todas las apariencias me indicaban la venida de un temporal, transmití mis temores al capitán, pero el no me prestó atención diciendo que no advertía indicación alguna de peligro; sin duda estaba solo en esto.
Posteriormente cuando empezé a sentir los mareos provocados por el embarazo por la droga que consumí, adverti que todo tomaba extrañas formas y de repente el cielo se tornó tan gris que podía sentir los relámpagos ardiendo en mis oidos. Sin duda se avecinaba una gran tormenta. Luego el barco se estremecía con fuerza y vi los tentáculos de un hacker Kraken subir por la borda y arrastrar a mi tripulación. La espectación que causo en mi fue sin duda aterradora, mis piernas no respondían y el moustruo se acercaba cada vez más a mi. En el mar se dibujaba un enorme remolino, pero prefería morir en manos de Poseidón que en los dientes de el kraken así que cuando opte por lanzarme al agua vi como poco a poco la tormenta se apaciguaba y todo volvía a la normalidad. Mi primera impresión fue buscar sobrevivientes, y pude hallar a un viejo anciano de acento extranjero. Le pedí que me dijera que lo que vi no fue producto de mi imaginación, pero no le entendí un carajo de lo que me respondió. Y de pronto así como de la nada una ola enorme arrasó con los restos del barco y el anciano como burlándose de mi saltó al agua y continuó nadando hasta que le perdí la vista, sin embargo, yo seguía en mis delirios mi lucha contra el mar, pero fue inútil, me agarré a un trozo de madera y vi como el barco se desmoronaba poco a poco, mi espanto crecía y las gotas de agua salada mojaban mis glóbulos oculares impidiéndome ver más allá. De pronto vi a lo lejos un barco acercándose y con la vista nublada divisé que era un enorme navío negro que justo iba acercándose a mí. Trate de hacer señales para ser rescatado, pero fue inútil porque ellos no podían verme. A como pude, nadando a más no poder he invocando la ayuda y milagro de nuestro gran creador y arquitecto del universo, Chuck Norris logré acercarme al navío y trepar a la cubierta, evitando ser visto por la tripulación.
Una vez en el barco, baje hasta el sótano y ahí me acomode, sin que nadie advirtiera mi presencia. De pronto un tripulante de barba blanca, bajó y se quedó mirando la estancia con mucho recelo, metió su mano en la bolsa y sacó una botella gigante de agua ardiente, y empezó a beber como si no tuviera mañana, mientras yo moría por un trago de ese preciado líquido, pensé en pedirle amablemente un poco, sin embargo luego de reflexionar un poco, me imaginé caminado por la plancha esperando ser comida de algún tiburón por mi imprudencia. De pronto, justo detrás de mi, calleron unas cajas, causando un gran ruido, justo en ese momento me resigne a ser advertido por aquel tripulante, sin embargo, pasó como si nada enfrente de mi y retornó a la cubierta. Me quede muy sorprendido pero el hambre se apoderó de mi, evitando que pudiera hacer cabeza a lo sucedido mucho más tiempo. Sin más remedio por la situación me vi obligado a subir por el barco y buscar algunas sobras de alimento, y que mejor lugar que la cabina del comandante.
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